Por Margarita Suárez Trujillo.- Hace cuatro años mis hermanas pensionadas resolvieron hacer “algo” para estar juntas y ganar unos pesos que les permitieran mantener de la mejor manera su nivel de vida. Como los fines de semana es costumbre en la familia reunirnos a almorzar, alguien comentó mientras degustábamos uno de los exquisitos platos dominicales:
Por Margarita Suárez Trujillo.-
Hace cuatro años mis hermanas pensionadas resolvieron hacer “algo” para estar juntas y ganar unos pesos que les permitieran mantener de la mejor manera su nivel de vida.
Como los fines de semana es costumbre en la familia reunirnos a almorzar, alguien comentó mientras degustábamos uno de los exquisitos platos dominicales: “Si ustedes venden estas delicias se tapan de plata”.
De allí surgió la idea de montar el Restaurante “Parrilla Once”, en el centro de Neiva. Como todo negocio, hay que trabajar más de lo que pensábamos. A mis hermanas les ha tocado ser meseras, lavar platos, hacer aseo, etc., en los momentos de congestión o cuando falla un empleado.
Como las socias son mayores de 60 años, unos clientes les dijeron en broma que el Restaurante debería llamarse “Parrilla Sesenta”. Lo más difícil para ellas fue aceptar la tecnología. Después de mucho debate, al final se impuso la modernidad.
Usan un programa que se denomina PirPos, un software que sirve para manejar negocios gastronómicos y permite con un celular hacer los pedidos en las mesas, los cuales van directo a una impresora en la cocina que queda en el segundo piso.
Es un dicha porque al comienzo todo era en papelitos y se perdía tiempo. Hoy, ellas son unas vaquianas en el manejo digital de sus ventas y redujeron el tiempo que antes gastaban haciendo cuentas. El Restaurante no ha sido el gran negocio, pero la pasan de maravilla.
Solo trabajan al mediodía de lunes a sábado y para ellas es una especie de club social donde se saludan con mucha gente de todo el Huila, tienen clientes que van a diario y ya las tratan como si fueran de la familia. Es un ambiente lindo no solo por la calidez humana sino porque el sitio es agradable. El salón es amplio, cuenta con aire acondicionado. El techo es alto y las mesas separadas, la distribución genera privacidad en las conversaciones.
Cuentan con cámaras de seguridad que protegen y sirven para revisar lo que se les olvida (recuerden la edad). Las imágenes las consultan en directo por sus celulares o inspeccionan las grabaciones. Sobra decir que la comida y la atención son de calidad, tienen una excelente chef. Y los precios se acomodan muy bien a esta época de crisis. Enhorabuena por “Parrilla Once”.
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