Opinión DESHOJANDO MARGARITAS Por Margarita Suárez Trujillo Aunque me cae bien María Fernanda Cabal, disfruté el triunfo de Óscar Iván Zuluaga al ganar la encuesta y ser ungido como candidato único del Centro Democrático. No soy amiga de Zuluaga, lo he visto personalmente dos veces en mi vida, pero conozco a su familia materna desde
Opinión
DESHOJANDO MARGARITAS
Por Margarita Suárez Trujillo
Aunque me cae bien María Fernanda Cabal, disfruté el triunfo de Óscar Iván Zuluaga al ganar la encuesta y ser ungido como candidato único del Centro Democrático. No soy amiga de Zuluaga, lo he visto personalmente dos veces en mi vida, pero conozco a su familia materna desde hace cerca de 50 años. ¡Uy cómo pasa el tiempo!
Dos de mis mejores amigos de la Universidad Jorge Tadeo Lozano donde estudié Administración de Empresas, son tíos maternos de Óscar Iván: Fernando y Rubén Darío Escobar Aristizábal. Ambos, personas incomparables, pertenecientes al tronco familiar que gestaron Juan Bautista Escobar Llano (le llamaban Juan B) y su esposa Ana Emilia, descendientes de familias antioqueñas que poblaron Pensilvania, Caldas, en la primera década del siglo XX, generando desarrollo en ese próspero municipio.
Tuvieron 16 hijos: Alonso, Rodrigo, quien fuera Obispo; Alberto, Ramiro, casado con la exreina nacional de belleza ya fallecida, Marta Ligia Restrepo, hermana de Luz Helena, quien también fuera señorita Colombia; Mario, Estella; Carina, la madre de Óscar Iván; Ofelia, William, Fernando, Rubén Darío, Elisa, Lucila, Cecilia, Olga y Fanny. Recuerdo que Elisa y Cecilia fundaron una exitosa agencia de viajes, que funcionaba en la parte baja del edificio que servía de oficina y bodega de la empresa familiar “Acerías de Colombia – Acesco”.
Los Escobar importaban además de materiales para Acesco, licores como whisky Grant, pilas y enlatados. Era tal el volumen de su mercado que operaba allí una zona franca. Juan B, gestor del emporio familiar, a pesar de su avanzada edad juiciosamente iba todos los días a la oficina y dormía plácidamente en un sillón que volteaba contra la ventana para que no lo vieran en pleno sueño. Sus hijos fingían no darse cuenta para no incomodarlo. Óscar Iván fue presidente de Acesco de 1992 a 2001, donde realizó una exitosa gestión.
Además de brillante economista, empresario exitoso, con experiencia como ministro y senador, el candidato del CD porta los genes de una familia emprendedora, socialmente responsables, laboriosos, generosos, amables, sencillos y talentosos. Sus cualidades prometen que sería un excelente presidente. Además, se haría justicia. En mejores manos no podría estar nuestro país.
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