Tomado de DIARIO DEL HUILA.- Por Margarita Suárez Trujillo.- Libardo Tovar Vásquez es un agricultor huilense residente en la vereda Canaan del municipio de Santa María. En su tierra cultiva café especial orgánico que empaca y vende sin marca específica. También produce vino artesanal de uva agraz, cuya fruta consigue silvestre en “el monte” en
Tomado de DIARIO DEL HUILA.-
Por Margarita Suárez Trujillo.-
Libardo Tovar Vásquez es un agricultor huilense residente en la vereda Canaan del municipio de Santa María. En su tierra cultiva café especial orgánico que empaca y vende sin marca específica. También produce vino artesanal de uva agraz, cuya fruta consigue silvestre en “el monte” en zonas cercanas de menor altura.
Duró mucho tiempo investigando, escuchando experiencias, ensayando procesos y adelantando cursos en el Sena, para proceder hace 20 años a aplicar su conocimiento en la elaboración de licor de naranja. No le fue bien comercialmente con este producto, pero le sirvió como punto de partida para elaborar el vino de uva que le gustó a la gente desde el comienzo.
Lo empaca bajo la etiqueta “Vino Canaan”, en homenaje a la vereda donde reside. Vendía su vino en las ferias artesanales y eventos similares. Ante la suspensión de actos públicos por causa de la pandemia, pensó que vendría la debacle. No fue así, por el contrario, durante el confinamiento se dispararon los pedidos y la demanda creció al punto que se agotaron las botellas para empacarlo.
Cuenta que el año pasado ha sido, de lejos, el mejor de toda la historia en ventas de su empresa. No sabe la razón, pero coincide con un fenómeno que ocurrió en varias partes del mundo con los licores, aunque no es el caso de Colombia donde las industrias de licor se quejan por la disminución en las ventas.
Según estudio de la empresa Gelt, en Rusia la venta de vodka se disparó 31% y el whisky 47%. En España el comercio de vinos se incrementó en 36,5% respecto a la época anterior a la cuarentena. Fue tal el boom que una plataforma online española aseguró que, en marzo del año pasado, cuando comenzó la pandemia, parecía Navidad por la congestión en pedidos de vino.
Países exportadores disminuyeron ventas por el cierre de fronteras, pero Argentina, primer productor de vinos de América del Sur, compensó su mercado con un gran incremento de ventas internas a consumidores que en medio de la cuarentena resolvieron tomar más vino en sus casas.
Según la Organización Internacional de la Viña y el Vino, las estadísticas regionales demuestran que el confinamiento hizo que los latinoamericanos optaran por beber un poco más. Ahí puede estar la explicación de Canaan.
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