RECUERDOS DE UNA BELLA EPOCA N de la R: Nuestro amigo Edgard Hotzman nos comparte esta interesante columna del periodista deportivo. Por Esteban Jaramillo Osorio. En el encierro de la pandemia se convive con los recuerdos de las mejores épocas que marcaron nuestras vidas. Los noventa, años convulsos que nos condujeron al éxtasis. Fueron tiempos
RECUERDOS DE UNA BELLA EPOCA
N de la R: Nuestro amigo Edgard Hotzman nos comparte esta interesante columna del periodista deportivo.
Por Esteban Jaramillo Osorio.
En el encierro de la pandemia se convive con los recuerdos de las mejores épocas que marcaron nuestras vidas.
Los noventa, años convulsos que nos condujeron al éxtasis.
Fueron tiempos con desenfreno, de salsa en su apogeo, música disco, futbol y olímpicos, con personajes inolvidables, vestimentas estrafalarias, gestas memorables, amor libre y vibraciones sin límite.
Desde Mandela hasta Michael Jordan. De Ayrton Senna a Sampras y Agassi con sus rivalidades intensas.
De Ronaldo Nazario a Zidane, de Armstrong sin doping y del título de Brasil en el 94, en el mundial de las pelucas del Pibe, quien, abucheado, jugó poco.
El cinco a cero que allanó el camino al peor fracaso de la selección Colombia.
De películas inolvidables como Forrest Gump, Pulp Ficción, El silencio de los inocentes y las sagas de Misión Imposible y Terminator.
Del computador portátil, el Nintendo, el DVD y el enésimo fracaso de América en su ambición de lograr el título en la Copa Libertadores.
De los juegos olímpicos del 92,los mejores de la historia, con el inolvidable dream team de Estados Unidos en baloncesto, que coincidió con el equipo de los sueños que condujo Johan Cruyff en Barcelona.
Con el brillo de Ximena Restrepo, medalla de bronce en 400 metros y el fracaso de Bolillo Gómez con un equipo plagado de figuras. La irrupción del Tino Asprilla, quien no quiso ser el mejor del mundo, en el Parma o el Newcastle.
De la muerte de Freddie Mercury, de la madre Teresa y la princesa Diana, la liberación de Mandela y el escorpión de Higuita.
Del ascenso de Clinton, antes de sus delirios pasionales, la aparición de Chávez y Fujimori y el infierno de Maradona por su apego a las drogas.
De la mejor selección Colombia de todos los tiempos conducida por Maturana. Del autogol de la muerte que tuvo como protagonista fatal a Andrés Escobar y de la consolidación de los ciclistas colombianos en Europa.
Que hermosos años, que bella época.
En el encierro de la pandemia se convive con los recuerdos de las mejores épocas que marcaron nuestras vidas.
Los noventa, años convulsos que nos condujeron al éxtasis.
Fueron tiempos con desenfreno, de salsa en su apogeo, música disco, futbol y olímpicos, con personajes inolvidables, vestimentas estrafalarias, gestas memorables, amor libre y vibraciones sin límite.
Desde Mandela hasta Michael Jordan. De Ayrton Senna a Sampras y Agassi con sus rivalidades intensas.
De Ronaldo Nazario a Zidane, de Armstrong sin doping y del título de Brasil en el 94, en el mundial de las pelucas del Pibe, quien, abucheado, jugó poco.
El cinco a cero que allanó el camino al peor fracaso de la selección Colombia.
De películas inolvidables como Forrest Gump, Pulp Ficción, El silencio de los inocentes y las sagas de Misión Imposible y Terminator.
Del computador portátil, el Nintendo, el DVD y el enésimo fracaso de América en su ambición de lograr el título en la Copa Libertadores.
De los juegos olímpicos del 92,los mejores de la historia, con el inolvidable dream team de Estados Unidos en baloncesto, que coincidió con el equipo de los sueños que condujo Johan Cruyff en Barcelona.
Con el brillo de Ximena Restrepo, medalla de bronce en 400 metros y el fracaso de Bolillo Gómez con un equipo plagado de figuras. La irrupción del Tino Asprilla, quien no quiso ser el mejor del mundo, en el Parma o el Newcastle.
De la muerte de Freddie Mercury, de la madre Teresa y la princesa Diana, la liberación de Mandela y el escorpión de Higuita.
Del ascenso de Clinton, antes de sus delirios pasionales, la aparición de Chávez y Fujimori y el infierno de Maradona por su apego a las drogas.
De la mejor selección Colombia de todos los tiempos conducida por Maturana. Del autogol de la muerte que tuvo como protagonista fatal a Andrés Escobar y de la consolidación de los ciclistas colombianos en Europa.
Que hermosos años, que bella época.
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