Tiempos de Coronavirus: DESPEDIDAS EN PANDEMIA SON PEOR DE TRISTES

Tiempos de Coronavirus:  DESPEDIDAS EN PANDEMIA SON PEOR DE TRISTES

Estamos viviendo una época muy dramática en materia de salud, en momentos en que no hay camas UCI suficientes para atender a los contagiados por coronavirus. Ante la situación, se decretó alerta roja hospitalaria en el departamento del Huila. La vida y la muerte Las familias del enfermo viven un verdadero drama, aún peor que

Estamos viviendo una época muy dramática en materia de salud, en momentos en que no hay camas UCI suficientes para atender a los contagiados por coronavirus. Ante la situación, se decretó alerta roja hospitalaria en el departamento del Huila.

La vida y la muerte

Las familias del enfermo viven un verdadero drama, aún peor que el de las personas hospitalizadas por otra patología. No pueden comunicarse directamente ni visitarlo. Solo reciben información a través del personal de la institución médica.

Despedida

Tras sufrir el proceso de su ser querido afectado por coronavirus, debatiéndose entre la vida y la muerte, intubados y conectados a un respirador, una vez fallece viene algo muy difícil de enfrentar: su despedida hacia el más allá.

El protocolo hospitalario no permite las visitas a los enfermos de Covid 19.

Modalidad

Hay que esperar afuera de la morgue al carro funerario que llevará el féretro herméticamente sellado hasta el crematorio. El conductor parece un astronauta con su vestimenta especial para protegerse. Su familia aguarda en soledad, orando o llorando, sin la posibilidad de un abrazo de consuelo entre seres queridos por temor a un contagio.

Coronas

Los carros de los allegados son adornados con coronas o globos blancos inflados con helio. Deben estar listos para unirse al desfile fúnebre por las calles de la ciudad. No hay tiempo para una oración, ni para un cántico en homenaje al fallecido.

Adiós

El cortejo va lento. Solo se puede acompañar el coche funerario hasta la puerta del cementerio. Adentro están los hornos crematorios. Los familiares que tienen el valor de salir de los carros lloran de pie en el pavimento, sin poder abrazarse. Los globos blancos se sueltan al aire en una especie de despedida. “Adiós”, gritan todos. En cuatro días les entregan las cenizas para realizarles exequias virtuales en una iglesia de la ciudad.

Cerca de la morgue contigua al Hospital Universitario de Neiva, esperando el coche fúnebre.

En Neiva

Esto no ocurre en Europa o en los Estados Unidos. ¡No! Acontece en Neiva, la capital del Huila. Es la dura realidad que estamos viviendo en nuestros centros hospitalarios.

Llamado

Este relato es un llamado a cuidarnos al máximo para evitar contagios. No queremos que más familias huilenses sufran este drama. Distanciamiento social, uso permanente de tapabocas y lavado frecuente de manos es la solución para que pronto podamos volver a abrazarnos.

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