Por Margarita Suárez Trujillo.- No sé de qué manera hacerle entender a algunas personas la gravedad de la tragedia que estamos viviendo. No asimilo que haya gente que sigue saliendo a la calle sin una urgencia aparente, también a los parques, a todos lados, como si no pasara nada, sirviendo de medio de transporte a
Por Margarita Suárez Trujillo.-
No sé de qué manera hacerle entender a algunas personas la gravedad de la tragedia que estamos viviendo. No asimilo que haya gente que sigue saliendo a la calle sin una urgencia aparente, también a los parques, a todos lados, como si no pasara nada, sirviendo de medio de transporte a un virus que anda a gran velocidad por el mundo entero. ¿Por qué no han asimilado la magnitud de lo que estamos afrontando los seres humanos con este mal llamado coronavirus? Por tener una hija viviendo en España, he afrontado con anticipación lo que nos puede pasar a nosotros si no frenamos esta pandemia en Colombia. En Neiva ya van 14 afectados y eso es una cifra muy alta con relación a nuestra población. Muy grave porque el virus es de crecimiento exponencial. La única manera de contenerlo es alejarnos unos de otros, refugiarnos en nuestros hogares, guarecernos como si estuviéramos en una guerra. Suena duro decirlo, pero es la realidad. Ayer en la mañana mi hija estaba aterrorizada, no sólo porque en España hay más de 40 mil contagiados y más de 3.000 fallecidos, sino porque el Recinto Ferial de Madrid es ahora un hospital para 5.500 enfermos, con aspecto de un campamento de guerra. Y algo muy doloroso, el Palacio del Hielo en Madrid está siendo utilizado como morgue porque los hornos crematorios son insuficientes. Con una tristeza enorme un vocero de la autoridad ibérica señalaba que “el depósito de féretros en este centro deportivo supondrá tener el frío necesario para el mantenimiento de los cadáveres”. Las imágenes de la pista de hielo con féretros, es desgarradora. En 185 países afectados, van 417.000 contagiados y cerca de 20 mil muertos. Para contener el virus, además de quedarnos en casa, debemos insistir hasta la saciedad en el lavado de manos con agua y jabón cada vez que tengamos contacto con cualquier objeto que pueda transportar el virus. Un científico explicaba en televisión que el coronavirus es grasoso y el jabón lo destruye, así de sencillo. La cuarentena que inicia hoy es clave para ayudar a detener la propagación. Insisto en lo que decía hace ocho días en esta columna en el sentido que la conciencia social es el otro factor que ayudará a “aplanar” la curva.
Palacio de Hielo.
Recinto Ferial.
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